Dicen que la vida es como una partida de pinball… que si vas rebotando por donde te lleva… que si hay bolas buenas, que si hay bolas malas… que todo lo que sube luego baja, que todo lo que empieza acaba, que si se acaba cuando menos te lo esperas, que por mucho que hagas siempre se termina en el agujero… que es una cuestión tanto de suerte como de habilidad, que no por mucho que dure la partida obtendrás muchos logros...
Es una estupidez comparar la vida con el pinball. Esto ni es un juego ni siempre es divertido. La vida no se trata de competir, ni de hacer mas puntos, ni ganar al resto de los jugadores. Aquí no todos juegan con las mismas reglas, ni suele marca falta a los cabrones y los violentos, y tampoco se puede golpear el mueble para burlar a la muerte. En la vida no hay bola extra, ni partida extra, ni bonos, ni leches. En la vida no hay tabla de mejores jugadores ni una tarjeta con las instrucciones. La vida no se acaba con una musiquita mientras recuentan tus puntos.
Vivir no es como una caja de bombones, ni como una cebolla o una hoja en blanco, no es como una carrera de maratón o como las estaciones de un año… vivir no es como jugar una partida de pinball, y mira que me jode, porque no se me da nada mal darle a la pelotita.
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