Pachinko

Habitualmente cuando navego buscando noticias sobre pinballs llego a artículos sobre el Pachinko, denominado habitualmente como el pinball japonés. Así que, aunque ni de coña es un pinball como yo lo entiendo, me he decidido a escribir un poco sobre este tipo de máquinas.

En primer lugar decir que se trata de una tragaperras. Se puede disfrazar de pinball, pero no es mas que una tragaperras un poco diferente. En Japón los casinos y las máquinas de slot, tipo las que encontramos en España o en el resto del mundo, están prohibidas. ¿Por qué entonces está permitido el Pachinko? Porque en principio requiere cierta habilidad del jugado para ganar y además los premios no se pagan en efectivo. ¿no hay premios en efectivo? Bueno… eso lo trataremos mas tarde en profundidad.

Actualmente hay 5 millones de dispositivos para slots en Japón (1,9 millones de máquinas pachislot, maquinas como las tragaperras normales pero que requieren de una cierta habilidad para jugar, y 3,1 millones de máquinas de pachinko) en relación con las 830.000 existentes en Estados Unidos y 240.000 en Rusia. Prácticamente hay un salón de Pachinko en cada calle céntrica. Se calcula que 20 millones de japoneses juegan habitualmente con estas máquinas. Imaginaros el volumen de negocio que supone esto.

El Pachinko es una especie de pinball, es cierto, un pinball de los antiguos sin flippers, de cuando el juego consistía en obtener la mayor puntuación intentado que las bolas, reboteando por los clavos (pins), llegaran a las celdas con mas altos guarismos. Los japoneses han cogido este concepto y lo han corrompido para hacerlo mas rápido (cuanto mas rápido, mas juega y mas se pierde) poniendo en vertical el campo de juego y reduciendo el tamaño de las bolas.

Desde la segunda guerra mundial, que es cuando estos juegos comenzaron a aparecer, hasta ahora el Pachinko ha evolucionado. Desde los principios con un playfield lleno de clavos hasta los actuales con canales, hélices, elementos móviles, pantallas de vídeo con juegos, control manual de velocidad de lanzamiento, música, efectos especiales… todo con tal de que el jugador se pase sentado horas delante de estas máquinas.

Obviamente las bolas se tienen que comprar en el local, no se las puede traer uno de casa o pasarse por la ferretería. Por 500 Yenes (unos 3’5 €) te dan unas 125 bolas (aunque no todas las fuentes se ponen de acuerdo sobre el precio). Las bolas se introducen en un depósito y, mediante la perilla situada en la parte derecha (no se si hay para zurdos) se controla la velocidad con la que se envía la bola a la parte de arriba de la máquina. Si se logra la velocidad acertada, las bolas caen/pasan entre una serie de clavos, desviada por espirales, puentes o trampillas y dirigida por canales hasta llegar al lugar del premio o, lo mas habitual, hasta el sumidero. También pueden activar resortes que inician juegos en una pequeña pantalla en el centro de la máquina. (podéis jugar aquí a unos cuantos simuladores de pachinko para haceros una idea)

Los premios consisten en mas bolas que caen en una bandeja situada en un nivel mas bajo que la anterior y que tiene un pequeño sumidero que, manejado por el jugador, permite soltar las bolas en cajas de plástico que se apilan al lado de la máquina para ir acumulado las ganancias y facilitar su transporte hasta el mostrador que contarán sus ganancias y emitirán un vale por el total.

Estos vales luego pueden ser cambiados por premios de lo mas diverso. Estos premios pueden ser encendedores, cigarrillos, electrodomésticos, juguetes, discos, dulces, etc. Esto es lo que permite la ley japonesa que, recordemos, prohíbe que las máquinas den premio en metálico.

Pero hecha la ley, hecha la trampa. Las bolas también se pueden cambiar por unas fichas parecidas a las de dominó, que, en otro local (generalmente en la parte trasera de la tienda) se las cambiarán por dinero contante y sonante. Obviamente esta ‘trampa’ va en contra el espíritu de la ley japonesa, pues estos juegos provocan la ludopatía y muchos japoneses han perdido fortunas y se han endeudado por este maldito vicio.

Por lo visto estos casinos están controlados por las mafias coreanas o japonesas (yakuzas) y también existen mafias de jugadores de Pachinko que utilizan sofisticados aparatos (ilegales) para calcular el perfecto lanzamiento que les garanticen hasta 100.000 yenes al día. Como veis, un negocio muy sucio.

Naturalmente, como de casi todo, hay coleccionistas de máquinas de Pachinko y existe todo un mercado de repuestos, bolas y máquinas nuevas o de segunda mano. Una máquina nueva vale unos 150.000 Yenes (unos 1000 Euros) y de segunda mano te las puedes encontrar a partir de los 200-300 $ en webs americanas.