Empresa fundada en Zaragoza en 1952. Las siglas CMC corresponden a Cipriano Martínez Cembrano que fue su fundador. CMC empezó fabricando futbolines y billares, pero enseguida se puso a fabricar pinballs. Cabe la posibilidad de que fabricara otros aparatos electromecánicos como gramolas, magnetófonos, galerías de tiro, etc., pero salvo patentes y folletos publicitarios, no queda constancia. Se calcula que sobre 1966-1967 se liquida la empresa Automáticos CMC, aunque pensamos que a finales de 1965 dejan de producir máquinas. La fábrica estuvo situada en la Calle Delicias 27-29 de Zaragoza y las oficinas, a unos 10’ andando, en la Avenida de Navarra, 18.
Cipriano Martínez Cembrano a la derecha junto con su jefe nacional de ventas Antonio Latorre
En el mundo del automático mucha gente se autodenomina pionero, o que fueron los primeros, o que eran mejores que ninguno, pero nadie niega que Cipriano Martínez Cembrano fuera la primera persona que fundara una empresa para fabricar pinballs electromecánicos en serie en España.
Publicidad de los primeros años de CMC. Desconocemos si se llegaron a producir todos los modelos que publicitaba o simplemente era una declaración de intenciones.
De hecho, su primer pinball “El Millón” les dio el sobrenombre a las máquinas de pinball en España y no, como mucha gente dice, porque había que conseguir un millón de puntos para lograr partida (los primeros marcadores de puntos tenían tres o cuatro dígitos como mucho).
Muchos de los grandes del recreativo reconocían a Cipriano Martínez como el primero de todos. Contaba Arturo Justo Gamundi, que fue uno de los primeros en fabricar futbolines a principios de los años 50 en Barcelona, que fue a trabajar en 1954 con Cipriano Martínez fabricando pinballs aunque, debido a desavenencias, decidió volver a Barcelona y fabricar sus propias máquinas. También Juan Paredes (Petaco, Juegos Populares) le daba todo el mérito a CMC como el primero que fabricó pinballs en serie. Escribía Juan Manuel Ortega en “Tres juegos para tres décadas” (ABC 08/11/1981) que CMC fueron los primeros que fabricaron pinballs en España.
Cipriano Martínez era un inventor prolífico, hemos encontrado al menos 19 patentes relacionadas con CMC. En una primera época que va desde 1953 hasta 1960 la patentes son basadas en diseños de Cipriano Martínez (incluso algunos de los dibujos los realiza y firma él mismo) y nos encontramos tanto conceptos de máquinas (futbolín, galería de tiro, billar, gramolas), mecanismos específicos (contadores, soportes, etc.) y algún invento que no tenía nada que ver con la industria del ocio como una hélice para un exprimidor de zumo o un taladro.
Muy interesante es la patente de la gramola, seguramente una de las primeras de diseño español con una línea preciosa y una cúpula muy ‘americana’. Desconocemos si se llegó a fabricar y/o ha sobrevivido alguna hasta nuestros días.
Quizás el diseño más original de CMC nunca llego a ver la luz, no hemos encontrado más imágenes que la propia patente. Se trataba de un dispositivo implementado en un mueble tipo pinball con temática futbolera y donde podían jugar dos jugadores simultáneamente en una especie de partido de futbol. Nunca se ha visto maquina semejante.
Con esa inventiva y siendo el primero de todos, Cipriano Martínez estaba destinado a ser uno de los grandes del automático español, pero por desgracia fallece en accidente de tráfico el 9 de Julio de 1961 a la edad de 41 años, en el coche le acompañaban el que fuera su jefe de ventas Antonio Latorre Moreno y Manuel Gracia Carceller, ambos fallecieron también.
Esquela aparecida en “El mundo del automático” Septiembre de 1961
A partir de ahí se hace cargo de la fábrica su esposa y madre de 5 hijos Patrocinio Resano Rubia, que aparece como fabricante en diversos documentos relacionados con los pinballs que fabricó. En una relación de fabricantes del automático publicada en junio de 1963 sitúa a Cipriano Palacios Felices como socio de CMC pero, aunque es un conocido socio de la familia Martinez-Resano para otros negocios, la familia cree que nunca llego a ser socio de CMC. De todas formas, quien dirige el día a día de la fábrica es un joven llamado Ricardo Nolla Gonzalvo que es nombrado gerente en recomendación de D. Tomás Rey Ardid (procurador emérito y hermano del fundador de LA FUNDACIÓN REY ARDID) hasta que en Octubre de 1965 se anuncia su cese en la revista Automático Español nº5.
Cipriano Martínez Cembrano y su esposa Patrocinio Resano Rubia
Respecto al tema de patentes, CMC sigue inscribiendo inventos hasta 1965 a pesar del fallecimiento de su principal ingeniero y estas se registran tanto a nombre de Patrocinio Resano como de Ricardo Nolla y, salvo el diseño de un nuevo futbolín electrónico, el resto de las patentes son perfeccionamientos de mecanismos necesarios para sus máquinas. Si los diseños eran de Cipriano Martínez y se registraron de forma póstuma o si era de algún empleado de CMC es algo que no sabemos, lo que en principio parece es que ni Patrocinio Resano ni Ricardo Nolla eran los inventores.
En Zaragoza siempre hubo buenos fabricantes, a parte de CMC recordamos a Antonio Martínez de Recreativos Masay (que también empezó fabricando futbolines electrónicos y fabricó algún pinball como “Asalto” (estilo Kromson) o “Futbolín”) o al impresionante inventor José Luis Alonso Berbegal que logró llevar a sus pinballs Kromson a otra dimensión superior de elegancia y fiabilidad. Pero, sin duda, los pinballs son las máquinas de CMC que pasaron a la historia como las primeras y, a pesar del tiempo, algunas han llegado a nuestros días, demostrando que era máquinas solidas a pesar de su sencillez.
Con el tiempo hemos llegado a recopilar una veintena de nombres de modelos, aunque de muchos no tenemos más que eso.
- El primer pinball de CMC y, por tanto, el primer pinball electromecánico español era el llamado “El Millón” y calculamos que fue fabricado en 1953 o 1954.
- De esta primera época creemos que también son los modelos “De Excursión”, “Acuario”, “Trafalgar” y “Miami”.
- “El Circo” es un pinball interesante porque se sale del estilo CMC de patas estilizadas que llevaba hasta ese momento, pareciéndose más a los robustos pinballs catalanes que hacía por esa época la Casa Escardibul.
- Del pinball “Torero” han llegado varias imágenes hasta nuestros días como esta foto en una feria de muestras (probablemente de Zaragoza) donde aparecía junto con pareja de futbolines electrónicos. También sabemos que apareció brevemente en la película española “Un vaso de whisky” de 1959.
- “Tropicana”, es de la misma época de “Torero” ya que utilizan el mismo modelo de mueble, aunque tenía un trabajo artístico más elaborado y colorista.
- “Trinidad”, “Sinfonía” y “Trapecio” fueron tres modelos empezados a fabricar en 1961 y que era variaciones del modelo “D.62”. Cuando se pusieron a la venta valía 17.000 pesetas, pero por la alta demanda, en poco tiempo llegaron a venderse por un 40% mas, unas 24.000 pesetas. “Trinidad” sacaba su nombre del pinball homónimo de Chicago Coin (1948) y que nos consta que Cipriano Martínez tenía una unidad que luego revendió a Antonio Martínez de Recreativos Masay. “Trapecio” estaba basado en la película “Trapeze” (1956) de Burt Lancaster, Tony Curtis y Gina Lollobrigida que tuvo gran éxito en España y donde aparecían un par de pinballs en una escena que llamaron mucho la atención y popularizaron este tipo de máquinas en el país.
- “Club 70” (Modelo 962-A), “5ª avenida” (Modelo 962-B) y “Carnaval” (Modelo 962-C) fueron los tres modelos que sacaron en 1962. Con precios entre 29.000 y 30.000 pesetas.
- “Bolera” fue un pinball que salió al mercado sobre Mayo de 1963 por unas 20.500 pesetas bajo el nombre de modelo 963-A.
- “Vuelo 83”, “Twist” y “Airways” creemos que son los tres últimos modelos de CMC y se empezaron a fabricar a finales de 1964. “Airways” llegó a venderse por 36.000 pesetas, mientras que “Vuelo 83” y “Twist” cotizaban por 24.000.
Es muy interesante observar que CMC no tenía un estándar de mueble como la mayoría de los fabricantes nacionales y mundiales. Entre los 10 modelos de los que tenemos imágenes podemos ver hasta 7 diferentes diseños. Nos encontramos el robusto mueble-baúl de “El Circo”, la simplicidad de “Torero” y “Tropicana”, luego se vuelve a los muebles con patas-tabla en los modelos “Trinidad”, “Sinfonía” y “Trapecio”. “5ª avenida” y “Carnaval” compartían una estética sólida y moderna, pero “Club 70”, del mismo año, tenía un cabezal tipo mueble de televisión muy bonito. Posteriormente se pasaron a muebles más básicos y prácticos como en “Bolera” y en “Vuelo 83”.
Txus Algora (II/2018)
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